miércoles, 23 de mayo de 2018

POESÍA

Para mi abuela, mi maestra.


Cuando la oscuridad intensa de la noche
te haga sentir que no sos nada,
hacete poesía.

Cuando no sepas de qué hablar
ni qué decir,
hablá de poesía.

Cuando te pierdas y no sepas dónde estás,
buscá la poesía.

Cuando te olvides el eje de tu vida,
leé tu poesía.

Ahí entre las palabras
está tu sintonía.

El refugio que estás buscando
confundida,
está en la poesía.

--

Cuando no tengas más nada que comer,
vendé tu poesía.

Cuando tengas necesidad de agradecer,
agradecé con poesía.

Al que te llame a su encuentro
aunque sea un momento,
llevale poesía.

La poesía es viaje, la poesía es vida.
La poesía es muerte, y es también alegría.

--

Cuando el sol de la mañana te encandile,
transformá esa intensidad en poesía.

Cuando el corazón anónimo se acerca sin querer,
eso, sin querer, es poesía.

Los pasos sincopados que haces día a día
define en tus estrofas
la métrica encendida.

Los momentos de angustia, los momentos felices
son tinta,
son las curvas de las letras
girando en poesía.

--

Cuando las palabras fuertes de tu amiga
te atraviesen,
guardalas para hacer luego
compost y poesía.

Esas cosas que te ocurren y esas que se escapan de tu vida,
las ideas raras o las mañanas repetidas,
las personas presentes, las ausencias sentidas,
pueden ser música,
pueden ser prosa,
pueden ser verso,
pueden ser danza,
pueden ser líneas,
pueden ser trazos,
pueden ser bocetos,
pueden ser silencio,
pueden ser tu voz,
porque sos poesía.

Recuerda,
lo que hagas
por mínimo que creas,
que sea poesía.

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