martes, 11 de noviembre de 2008

night

Afuera hay viento sur. Quisiera atarme el pie izquierdo a un barrilete y soltarlo para que me lleve hasta tu techo, liberarme y sentarme en tu ventana. Ya es de noche, así que no haría ningún ruido, me conformo con verte dormir.
Hay un punto de debilidad en el fondo de uno mismo (allí en el rincón más sincero) que incita a perderlo todo por ganar una batalla, entregar todos los trofeos de guerra por el valor del instante más perfecto posible, ese que en la variable tiempo tiende a valer cero pero en el espacio llega a ocupar infinito.
No puedo pedirle al genio que haga que me quieras, ni a mi ingenio que me ayude a olvidarte, ni mucho menos dejar de escribir(te) este juego de palabras que canalizan mi ansiedad.
Esta noche es tan necesaria como que el mañana no exista.
Mañana tengo que haberte perdido. Mañana no podés seguir estando ahí, mañana tiene que ser martes como todos los martes que no te incluyen, comunes, ordinarios. Tenés que seguir siendo excepcional. No quiero que la solución a mis problemas pase a ser mi problema, no quiero que se terminen estas noches de imaginarte, de salir a buscarte y seguir estando lejos y al mismo tiempo al lado tuyo (por eso te digo que hacés posible lo imposible).
Ojalá no soñaras cuando duermes. Te inquietas mucho y puedo adivinar quién está en tu mente. No tengo celos, no puedo estar celosa de mi imaginación, pero me entristece no poder tranquilizarte. Sé que mi mano no podría rescatarte de tu sueño. Sé que si te volvés real no podrías rescatarme de mis fantasmas.
No quiero cerrar los ojos y perderte. No quiero mantenerme despierta porque te vería despertar, te vería volverte real y más distante, o lo que es peor, descubrir que sos de fantasía, y quedarme yo atrapada en una noche viendo que la luz del día te hizo desvanecerte y ya no estás.

domingo, 9 de noviembre de 2008

alguien una vez me dijo:

¿SABES QUIÉN SOY?

Soy esa persona que mira tus ojos
y ve cómo se enciende de amor
que te observa al caminar
que te imagina al cerrar los ojos
que piensa que eres pequeña
para sufrir por amor
y que aún así, sabe que
estás dispuesta no sólo a amar
sino a pelear por ese sentimiento.

Soy aquella que desea brindarte
ese amor que alguna vez soñaste
pero que se ve excluida por el tiempo y la razón...
que sueña con compartir su vida
junto a tí, pero siente miedo
de que sea sólo un sueño y nada más.

Soy esa persona que quiere hacerte
olvidar del pasado
para construir un mundo nuevo,
uno de amor de verdad.
Soy esa persona que lo último
que piensa en el día
es algo de tí
y que al despertar,
se levanta pensando en tí.

Soy quien nunca se olvidará
de que eres su gran amor
soy sólo un hombre que quiere
ofrecerte la felicidad y que sabe
que sin vos nunca
la va a poder alcanzar.


(otra vez, gracias)

martes, 23 de septiembre de 2008

gracias...

LUCILA

No despertó mi verso
aunque llegabas
a engrosas con tus huellas
la familia,
pero firme en mi eco
palpitabas
con un grande silencio
en la alegría,
que se asoma a los ojos,
y en el pecho
sacude las esperas
y corporiza sueños,
Tu imagen tierna
hoy lo abarca todo,
con armas inocentes
y traviesas,
manejas a los grandes
a tu antojo
y tienes calculada la respuesta
Mohines y sonrisas,
otra chance,
que al afirmar tu yo
te dan presencia
y orillan de tu mundo los alcances
enriqueciendo tu hoy
y tu experiencia.

Tu caudal de sonidos abundante,
tu charla larga,
aunque sin formas claras,
mimetismo de otras
o desplantes
de un saber sin recursos,
¡importantes!

Para tu tiempo
lo alcanzado es vasto,
picardía
y gracia en un momento,
seguridad en la marcha
otros intentos
buen oído, sonrisas
y decidido empeño.

Claudia Diez

miércoles, 16 de julio de 2008

gestos++





Un gesto desinteresado en respuesta a un gesto desinteresado anterior pero esta vez con un detalle más para resaltar que realmente se agradece la acción desencadena una suma infinita de actos que comienzan una historia de sonrisas y regalos. La primera vez no es el sujeto B el que motiva el gesto sino un acto común en la vida del sujeto A. Sujeto que siempre que encuentra la ocasión ofrece un poquito de su vida sin esperar nada a cambio más que la gratitud de saber que no fue en vano. No tiene costo alguno y no trasciende más que hasta un cambio de actividad que deje atrás lo cotidiano. Pero a veces pasa que el sujeto B, podríamos llamarlo ahora Walter o Francisco (indistinto) se siente más que beneficiado y descubre en sí la necesidad de devolver este gesto, a modo de equilibrar las cosas intangibles de este mundo (“lo que te sobra no te pertenece”), personalizando así la acción, quitándola del marco genérico de hechos, para ser seleccionado en el ámbito excepcional. Resulta así entonces que Francisco encuentra el punto en el que puede repetir la acción con destinatario inverso, protocolo de un “gracias” afable (y reglamentario en sociedad), llegar al déficit cero y retirarse así de la zona común entre los conjuntos A y B. Pero no, Walter Francisco aprendió la lección de Julia (léase sujeto A) y aprovecha la oportunidad para sumarle un detalle, por cortesía. Oh! Desatento Francisco que no nota que con esta conducta desecha el lazo de la acción para dar lugar al vínculo persona-persona, donde a partir de ahora las luces del escenario se centran en el alma de Julia y de B si tal cosa fuese físicamente posible. Empieza el juego, Francisco pone un gramo de sobra del lado de la balanza de Marina (que en realidad es Julia) y entonces ella sonríe y siente el apuro de poner una pesita del lado de Walter para equilibrarla nuevamente, pero se encuentra con que ninguna de sus pesas equivale a el exceso exacto, entonces pone más y desnivela, y ahora Francisco devuelve el gesto, esta vez es un poco más que agradecerle con un chocolate, esta vez se transforma en hombro para que descanse la cabeza de Julia entonces Marina Julia o Julia le presta esos libros que Walter le comentó que andaba buscando, y que Francisco le devuelve luego con un señalador muy bonito al sujeto A, continuando la suma infinita que se anticipó en el principio del texto y que siempre se pregunta ¿cómo compensarlo? With love, and this is not enough.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Malditos


Azul y fuego - ERNESTO BERTANI


Estaban en la primera fase, esa en que todas las sensaciones se sobredimensionan, en donde los juegos se vuelven una evaluación terrible y los encuentros comienzan en la cabeza de uno hasta llevarlos al choque, luego a la distancia y de vuelta a las cabezas, esta vez más pesados y más eternos, fase alfa en que una charla de café se vuelve el tema del insomnio posterior, el azúcar en la taza no es más inercia sino que es la dramática acción de llevar azúcar desde aquí hasta allá, etapa donde los dedos tiemblan por animarse al roce, al salto desesperado de abrazar y de pegar los labios para recordar que en esta etapa un beso apasionado tiene el poder de encapsular, de abstraer, de anular todo contexto porque el beso no necesita más que el beso y la sensación de labio húmedo, la emoción de coincidir los movimientos y creer que todo funciona a la perfección.
Ellos atravesaban esos momentos en los que él no se siente seguro de hacer nada y ella reprime compulsiones de hacer todo y termina en una hilera interminable de pensamientos desesperados, se juntan otra vez, enroscados y enredados con los dedos con los brazos con las piernas, parecen una llama agitada que se aviva y crece, iluminando todo a su alrededor, brillan, brilla y quema y se apaga y las cenizas vuelven a su casa a bañarse y volver al insomnio y a la explosión incontrolable de pensamientos inconexos, ella entonces mira el fondo de la taza de café vacía y él mira el piso debajo del televisor que intenta robarle la atención, los dos pensando la misma idea insoportable de saber que todo se va a poner muy turbio de un día para el otro, que toda esa pasión no es más que una enfermiza conducta que ya ni intenta pasar desapercibida, es una mentira que ya aceptamos creer aún conociendo el final tan amargo y desolador.
Ellos están enamorados de la suerte o la desgracia de haberse conocido, de descubrir que no pudieron decidir si se querían porque algo ya estaba preestablecido, ellos atribuyen la increíble coincidencia de encontrarse sin estar buscándose, la obligación de besarse porque debe estar escrito o lo va a estar pronto, porque por más que intenten escaparse para evitarse el dolor futuro del acto terrible que consuman hay una cadena que ya está forjada entre los dos. Entonces unos ojos celestes enormes se acercan a unos ojos marrones enormes, los cuerpos se estrellan en forma desesperada como si Aristógenes siempre hubiese tenido razón al decir que las mitades un día se encontrarían nuevamente, pero no, realmente los dos saben que todo es falso, que en el próximo tiro probablemente salga el doble cero, y los dos sigan perdiendo en este juego, los dos saben que uno se apagará primero, tal vez porque la novia de él se lo lleve para siempre, tal vez porque ella se destiña de tristeza, quizás porque él un día no se acuerde cómo volver a su casa, quizás porque ella se escape con el francés de la plaza, tal vez porque lo nuevo deje un día de ser nuevo, porque el amor realmente no existe para unir sino para separar, que es como tocar para romper y salir corriendo, porque al fin es darse cuenta que lo que se rompe es un espejo y que ahí estamos, yaciendo en el piso en mil pedazos por un golpe que nos dimos nosotros mismos.
Ellos lo saben, realmente lo saben, pero no les importa.




jueves, 1 de mayo de 2008

no entiendo a tus ojos

Quizás un día tus ojos crucé y sin saberlo no los olvidé,

ahora no puedo dejar de mirarte, tampoco me animo a hablarte...




(foto: gracias al que me regaló esa flor)

domingo, 13 de abril de 2008

ambient



(Brian Eno - The Shutov Assembly, Triennale)

Présteme usted un poco de atención. Esto no es magia. Aquí no hay nada que no pueda explicarse medianamente con la física clásica, usted puede quedarse tranquilo y sentir que todo va por su cause natural, conocido, predecible. Relájese. Déjese llevar. No se preocupe. Sin embargo usted, que está disperso, puede descubrir una pequeña sensación de que algo no se corresponde con el hilo lógico, con el equilibrio regular. Probablemente piense que fue una falsa impresión, que puede haber sido un error de su inconciente ya que usted está distraído, pero tal vez luego descubra que la sensación está allí de nuevo, y esta vez persiste, usted estará seguro que está ahí, que lo percibe, que lo podría intentar describir, que está definido aunque usted no sepa hacerlo. En ese momento posiblemente usted comience a dudar de sus sentidos, se aferre primero a la veracidad de su razonamiento antes que de su percepción, permitiendo la idea de que haya una falla en la comunicación de la vista, el tacto, el oído con su cerebro, probablemente considere que la explicación se encuentra allí, la médula espinal es tan compleja que en algún momento puede equivocarse, confundirse de señales, traspapelársele algún paquete. Pero no, quizás usted, que es una persona normal, comience a descreer esa idea, y la balanza empiece lentamente (o no tanto) a inclinarse a pensar que el mundo está equivocado, que tal vez existan aquellas cosas que se suelen llamar “sobrenaturales” y que usted apostaba que eran cosa de televisión y efectos especiales, incluso pueda usted comenzar a considerar que la magia verdaderamente existe y que no tiene nada que ver con los trucos de un mago de profesión. Y así en usted todo sucede. Su mente en ese momento comienza entonces a inquietarse, no es posible que usted no se quede con una respuesta a esto que lo perturba, y en el instante recuerda lo que yo al principio le dije, recuerda que yo le afirmé que nada iba a salir de la realidad, que nada de lo que sucediese iba a carecer de sentido. Usted quisiera salir a buscarme para reclamar explicaciones, pero se da cuenta de que es tarde, que ya se encuentra atrapado en un entorno completamente desconocido, donde no puede describir ningún suceso, ni mucho menos anticipar un hecho. Entonces se encuentra allí, atrapado y cada vez más aislado, su afán natural (humano, claro) de querer interpretar, descifrar, explicar cómo funciona todo, lo hace caer en la trampa, en una trampa que usted no pudo predecir porque creyó que todo estaba en armonía, no creyó ni que existiese un sector infinitesimal que usted no tuviera bajo control. Pero no se asuste. Intente relajarse. Tómese las cosas con calma e intente separar en su realidad todo aquello que existe afuera de usted mismo de todo lo que proviene de su imaginación.

lunes, 31 de marzo de 2008

sentimientos nocturnos


"A great deal of intelligence can be invested in ignorance when the need for illusion is deep..."
Winston Churchill

martes, 18 de marzo de 2008

A veces es mejor no decir nada

No debo olvidar que las palabras se las lleva el viento, y los recuerdos quedan en los días de una agenda que perdí. ¿Mamá, no sabés dónde está? Ahora me di cuenta que esta fuente es irreal, pero puedo verla y sentir el agua deslizándose por mis dedos, y las hojas flotando, hojas verdes porque es primavera, aunque a mi no me importa, porque perdí mi agenda y con ella perdí mi hoy, y mi día de mañana. ¿Mami, no la viste por ahí? Tal vez alguien la confundió y la tiró, a veces no se nota que una agenda es una agenda porque no tiene título, yo debí haberle puesto uno para que sepan que ahí adentro estaba encapsulada mi vida, pero no importa, busco una y empiezo de nuevo. Ahora tengo más días y menos pasados, lo extraño es que cada palabra que se me escapa de la boca choca contra el agua y estalla una ola que me envuelve y todo al rededor se moja, justo cuando vos pasás caminando a mis espaldas. Pero tampoco es importante, porque ya no estás salvo en mi imaginación y en tu realidad, y en un avión que se va volando para llevar y traer más personas con paraguas, por si alguien los salpica.

Mamá, en la fuente veo el cielo, me muestra que la tarde se está yendo porque todo se ve rosa, violeta, y celeste un poco más acá, donde va a empezar la noche, ya inevitable porque ahí hay una estrella, aunque yo no la veo, pero ese chico no deja de señalarla, tal vez conoce a alguien que vive allí, si dejamos fluir un poco la imaginación.

Es cierto, otra vez sigo dando vueltas sobre lo mismo, sin decir nada realmente, sigo inventando el agua aunque vos decís que estoy llorando, que el único agua que ves es la que sale de mi cara, pero por las dudas no te creo, quién dice que la realidad es lo que vemos y no lo que escondemos, porque yo escondo toda esta fuente llena de hojas de los árboles (para poder saber que es primavera) . Porque esta vez perdí mi agenda y puede que de hecho no exista, nunca haya existido.

Está bien, lo reconozco. Difícil puede ser creer cualquier cosa que quiera decirte ahora después de todo lo que acabo de escribirte, si no paro de decirte que vivo en un mundo fantasioso y que parece convencerme plenamente o que tal vez es mi punto de fuga (o que tal vez, otra cosa), pero no te asustes, es sencillo, puedo extraviar esta hoja y empezar de nuevo, puedo borrar todo y empezar de cero, puedo guardarlo en un cajón aunque no sería conveniente tener la opción de agarrarlo otra vez. Creeme que todo esto que me pasa se me pasa, y no es tan grave como parece, son solo puntos de vista, nada que no pueda dibujar un arquitecto.

Bueno, ya respiro de nuevo, ya estoy más calmada para decirte que te quiero, que todo lo que quiero decirte es cierto, que no miento, que lo odio, que todo es mi verdad aunque los números no cierren, que si siempre el diferencial puede encerrarme en un infinito, si me tropiezo y me caigo en un bucle de condición verdadera siempre alguien puede falsearlo desde afuera.

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Dejame sonreirte y creeme que de ahí empezamos, porque me gusta de vos eso, que te miro y no puedo evitar sonreir.

A veces es mejor no decir nada, no vaya a ser que no nos entendamos.

miércoles, 13 de febrero de 2008

owing to some unexpected event


Pensaba que es mejor de vez en cuando dejar de atropellar con las palabras, con el cuerpo, con los ojos abiertos, dejar de correr detrás del conejo de Alicia, olvidarte la agenda en casa, apagar el celular, pestanear un poco más seguido, no mirar cuánto falta para la próxima hora, ignorar el potencial...
El fenómeno de la inercia existe. Tanto tiempo uno corre en busca de tantas cosas que cuando frena de golpe las cosas vienen solas. Entonces es cuestión de abrir los brazos un poco y agachar la cabeza otro poco.
Total cuando cesa el flujo de la vida podemos empezar a movernos otra vez... (o estancarnos, claro).
Y todo pasó porque ayer decidí no buscar a nadie ni pensar en arcoiris, y hoy me encontré con alguien caminando derechito hacia mi (y fue una agradable sorpresa), y luego también me encontré con este arcoiris.