domingo, 4 de julio de 2010

Vacío

Los vi juntos y se me destrozó el último pedazo de corazón que me quedaba. Entonces me di cuenta que debí haberlo cuidado un poco.

--

Hace tiempo que quería sentarme a escribir, hoy quisiera no estar diciendo estas palabras. No encontraba mi “idée fixe” que fuera excepcional, extraordinaria, que me hiciera cantar algo nuevo, algo que no te haya sonado. Pero acá estoy, diciendo otra vez lo mismo, contando un sentimiento que todos alguna vez sentimos, tarareando el mismo “tema de amor” en alguna de sus incontables variaciones. Aquí estoy diciendo que me sumerjo en este sentimiento de vacío, lugar donde todos los capaces de enamorarnos en más de una ocasión caemos, vacío compartido que por más que seamos muchos habitándolo no deja de ser vacío.

Vacío, maldito vacío. Vacío infinito, vacío. Qué sos, porqué me envuelves así sin protegerme, porqué te metes invadiendo cada parte de mi ser sin hacerme sentir llena. Vacío hipócrita, sos tanto sin ser nada, sos falto de contenido, impotencia, imposibilidad. Sos hueco, despojado de solidez necesaria, carente de completitud, vano. Vacío sin fruto, malogrado, ocioso. Te odio, vacío indestructible, vacío en el abismo, vacío que me impulsas a saltar. Vacío que me dices que siempre hay menos, que me haces creer que me falta aire, que me recuerdas que perdí, que los que ganan no están acá. Vacío marcándome que estoy sin haber conseguido lo que pretendí. Vacío desgarradoramente natural. Vacío trágico, vacío que sos encierro, vacío que no apareces hasta que no te determinan tus límites. Conjunto vacío. Siempre haciendo real lo inexistente, siempre apareciendo allí donde no deberíamos encontrar nada.

Vacío que sos cuerdas disparadas al aire, vacío lleno de canciones, vacío nube de acordes que entristecen, vacío melodías mustias, lamentos, vacíos.

Vacío en vano, vacío negativo, mudo, sordo, tonto. Vacío difícil. Vago. Vacío frío. Vacío inútil.

Vacío aislante, punzante, vacío penetrante. Vacío asesino, torturador, sepulturero. Violento y sigiloso, meticuloso y perseverante, vacío que lentamente te vas apoderando de mi alma. Vacío injusto, traidor, verdugo. Vacío cruel, arrogante, desdeñoso. Vacío que me esclavizas. Vacío que me robas la energía. Vacío que me arrancas el corazón. Vacío que no puedo dejar de pronunciarte. Vacío que no me respondes.

Vacío muerte. Vacío dolor. Vacío silencio. Vacío terror. Vacío lágrimas. Vacío llanto. Vacío miedo. Vacío basura. Vacío vanalidad. Vacío violencia. Vacío frivolidad. Vacío contradicción. Vacío estupidez. Vacío vacío.

Vacío que vi que para él es todo lo que está fuera de ella, vacío que para mí es hacia donde ella me empujó.

viernes, 2 de julio de 2010

home

Dana era pequeña, silenciosa, hablaba muy poco. Jugaba con los libros de la biblioteca, los desparramaba por el piso. Cervantes, Schopenhauer, Focault, Cortázar, Bradbury, Jarry, Kundera. A veces Simone de Beauvoir arriba de todos, otras Monzaemon sosteniendo una pila. Algunos días ordenaba los libros como un dominó, ocupando toda la habitación. Otros, armaba una escalera o pirámide.

Una ocasión se propuso construir un castillo con todos los libros de la biblioteca. Cuando lo terminó, se dió cuenta de que había quedado del lado de adentro.