Hoy no estaba Guido.
Tampoco Carlos, el papá de Ana.
Hoy los extrañé.
Hoy fui a la marcha,
como siempre
a caminar,
a encontrarme con mucha gente.
A abrazar, a saludar.
A compartir esa hermosa sensación de
"yo también estoy acá".
Hoy ya no me encontré con esos dos profesores
que en el aula me enseñaban mucho
y en las calles mucho más.
Hoy acepté que ya no están.
Hoy los extrañé.
Hoy marché con gente hermosa
Hoy no importaban las banderas
Éramos tantos.
Hoy extrañé.
Hoy extrañé a esos dos profesores
que me enseñaron a estar siempre ahí
recordando.
Y me lo enseñaron
estando.
Qué importante es la presencia.
Estar presente vale más que mil mensajes.
Hoy recordé otros 24 de marzo
cuando caminaba por la macha
mirando caras
y decía
"ahí va Guido, mi profesor".
Qué alegría me daba verlo ahí,
marchando.
Qué grato es seguir sus pasos
que hoy son huellas.
"Ahí está la familia de Ana"
Tanto me enseñó esa familia.
Tantos abrazos les dí en silencio
cada vez que les ví marchar
por su propia familia.
Tantas veces quise decirles
"Vengo por ustedes".
Hoy escuché decir
"quieren reescribir la historia"
Hoy me enteré que en las escuelas
no hablan mucho de esto.
Hoy agradecí al Poli
por haberme enseñado la importancia de la verdadera historia.
Hoy agradecí haber podido venir una vez más
a seguir siendo la voz de cada persona que quisieron callar.
Hoy volví a sentir en el cuerpo
lo hermoso que es no estar sola.
Hoy volví a sentir
que somos un montón.
Hoy no éramos un tweet
ni un posteo de bronca
Hoy éramos muchos cuerpos
brotados de amor.
Hoy nos sentimos felices de estar juntes.
Hoy
y hasta el último 24 de Marzo
de mi vida
voy a estar acá en la plaza
cuidando la memoria del pueblo
como me enseñaron mis maestros.
Madres de la plaza, el pueblo las abraza.