lunes, 28 de mayo de 2007

historia del día de hoy

Llegó, se sentó, se paró, lo pensó y se acostó.
Muy cansado de caminar y sentir frío, pensaba que las cosas nunca giraraban para su lado. No tenía cigarrillos, pero sí una botella de fernet en la cocina. En este hombre grande los vicios no eran importantes cuando las razones de la vida se habían desgastado tanto contra el tiempo.

Cuando el amor infecta
cada centímetro cúbico del cuerpo,
todo se mueve distinto,
cambia el sentido.
Cuando el amor se deforma
es cuando estamos perdidos
bajemos los brazos que no tiene sentido,
olvidemos,
dejemos...


Le gustaba cantar siempre el mismo tema. No le interesaba la música, solo un par de frases en las cual se encontraba confusamente sambullido. Tarareaba por la calle bien despacito. Parecía hacerle bien.

olvidemos,

dejemos,
ninguna ruta se parece,
no existe ningún lugar.
Cuando el amor infecta...

Le parecía mejor no pensar en amor, estaba seguro de que las cosas terminaban teniendo gusto a nada y valía más un mate y una ventana en la cocina mientras no llegaba la llamada de trabajo y la comida tenía que esperar. L'amour, l'amour... patrañas.
Estaba en una ciudad en la que a nadie le importa nada, justo el lugar que muchas personas suelen mencionar cuando maldicen. (Le parecía interesante escuchar cómo las personas a veces podían despreciar años de ir viviendo, en una sola frase.)

Cuando el amor infecta,

tomatelo con calma
a veces es mejor estar enfermo,
y otras es mejor morirse.
Ríete si puedes...

Estaba tirado en la cama con el vaso en la mano pensando qué iría a hacer mañana. Probablemente caminaría hasta el río a pasar la tarde. A veces pasaban barcos. A las siete de la tarde más o menos el sol contra las cascadas formaba arcoiris. Además podría sacar algún pescado para comer.

Ríete si puedes

cuando las cosas no te salen
como querías,
creeme que eso es mejor
a que no te importe
cómo van a pasar las cosas
y ni siquiera sentirte triste,
ni sentirte vivo.

Bueno, este hombre, del que te cuento, siguió su curso. Supongo que a nadie le importa, él no se preocupa por eso. No importa ni si tiene nombre. De qué te vale seguir leyendo, si al fin y al cabo no voy a decirte nada, las palabras se las lleva el viento.