miércoles, 12 de septiembre de 2012

Abriendo la caja.

El problema de Schrodinger nada tenía que ver con gatos, con realidades, con sistemas, con física ni mecánica.
Schrodinger no era un científico: era un eterno enamorado que buscaba una excusa para no aceptar que el amor que lo había unido a su enamorada ya se había perdido.