martes, 27 de diciembre de 2011

Ojos

La presentación está saliendo con verdadera gracia, los colores de las telas arman el contraste perfecto con nuestros trajes y los movimientos de los trapecistas se sincronizan de maravillas, pese a la falta de ensayos previos. Yo me envuelvo y desenvuelvo en mi tela sin pensar, delegando el control de mi ser al inconciente motriz, al diálogo entre mi piel y cada hilo de la tela, expresando lo aprendido y lo sentido día a día en el taller.
Subo, bajo, abro los brazos, tomo la tela y la cruzo tras mi espalda, sosteniéndola con el muslo de la pierna izquierda. Miro distraidamente al público y


OJOS, esos ojos tuyos en la niña, la niña que no deja de mirarme y vos que saltás desde ese verde cobrizo brutalmente a buscarme,
vos en ese pasado escondido en la inocencia más pura estallás de repente en el circo congelando todo,

me paralizo, siento la tela estrangulándome la pierna, estiro mis brazos hacia vos, no me puedo agarrar, no estás, es la niña que me mira,
caigo.

No hay comentarios.: