domingo, 16 de octubre de 2011

Madre Tierra

Esta masa redonda flotando en el espacio, esfera de superficie tan inmensa, presumiendo su existencia por tantos miles y millones de años, mostrándome cuán despreciable soy.
Estoy otra vez sentada acá, pensando y escribiendo por no saber cómo luchar con esta pequeñez.
Ocupando a penas unos instantes de su tiempo, en unos centímetros cuadrados de su espacio. ¿Sabrá quién soy? ¿le importará saber lo que pienso de ella?
Sé que no soy ni una pelusa en su ombligo. Ni la época que ocupo de la Historia, único lugar en el cuál podría generar algo que trascienda un poco más allá de mí, es la más interesante de todas sus eṕocas, ni de las transcurridas ya, ni probablemente de las que vendrán.

...

El conjunto de "todo lo que no soy" abruma. Se asemeja a una bola gigante que me pasa por arriba, y yo, como un insecto reventado me pego a su lomo, mientras la bola sigue girando sin poner reparo de mi presencia, pues en alguna de sus vueltas ya me habré desintegrado.

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