lunes, 15 de febrero de 2016

CLUB

Estoy esperando a alguien.

En la ventana
hay una cara.
Yo no voy
ni vengo
ni me detengo.
Debe ser porque no entiendo
ni quién soy.

Hay una mujer que pasa y no me ve.
Debo ser un cuadro
aburrido,
mal pintado.

Y un vaso
se llena de cerveza.
Y un brazo
sostiene la botella.
Y hay dos hermanos
cantando.
Y pienso:
"Debe ser buena sangre".
Y qué.

Debe ser
que siempre debe haber
algo que decir.
Algo que deber.
Algo que.
Algo.

Hay un eco,
no se si adentro
o afuera de mi cabeza.

Dice:
"Hay..."
Dice:
"Y..."
Dice:
"Debe..."
Dice que hay que completarlo
una y otra y otra vez.

Y todo de repente
se va apagando.
Sutil.
Disolviendo.
Unificando.
Y finalmente
desvaneciendo.
Sin dolor.
Pero definitivo.
Como siempre
al fin
todo.

domingo, 14 de febrero de 2016

INFIERNO

La pollera, las botas, el perfume, el rubor.
Las llaves, billetera y, por las dudas,
encendedor.
Cruzar la puerta, una pausa, un repaso,
un olvido, un suspiro, un "ya fue".

Una puerta con "Abierto", unas luces, griterío,
gente bien.

Una silla, un whisky doble, una mirada, una señal.
Un comentario, una sonrisa, otro suspiro y continuar.
Un chiste, otra sonrisa, un "Lucila", un "Demián".
"Encantado", "El gusto es mío", "¿Otro trago?", "¡Por favor!"

Otra noche, misma historia, otro nombre, otro bar.
Más regresos, más resaca, más infierno al despertar.

Otro ciclo
de salir
cada semana
de este infierno,
hacia el Limbo
y conversar
con sus pobres diablos
sin su fuego,
sin su infierno,
sin su amor.